La mitología egipcia describe al cosmo como un redondel sin costuras antes que comenzara el tiempo. Dentro de este círculo estaban Nut, la diosa del cielo, y Geb, el dios de la tierra. Unidos uno al otro, cuando este círculo se aflojo, los padres del mundo se separaron y pusieron a andar el tiempo, la creatividad y la conciencia.
Las imágenes de los mandalas muestran mansiones divinas que contienen deidades (budas), rodeadas por jardines, montañas, lagos, árboles, y seres divinos, legendarios o históricos. Las fronteras de este universo están selladas contra toda influencia negativa por anillos de fuego. Estos mandalas de arquitecturas palaciegas generalmente consisten de un círculo interno que contiene a la deidad principal, contenida en un palacio cuadrado de varios niveles, con aperturas a los cuatro puntos cardinales.
El palacio se sitúa en un círculo y fuera de éste pueden encontrarse figuras adicionales. Todas las deidades budistas están reunidas en clanes encabezados por cinco budas. Cada clan ejemplifica un tipo de sabiduría y está asociado con un cierto tipo de personalidad, con un ritual específico, con un color y se le asocia a uno de los cuatro puntos cardinales o el cenit
Cada objeto del palacio tiene un significado, representa algún aspecto de la sabiduría o recuerda al que medita de un principio que lo guía. Cada tipo de mándala enseña una lección distinta.
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